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Harper Seven Beckham o el riesgo de convertir a nuestras hijas en las nuevas lolitas

La hija de David y Victoria Beckham tiene 13 años y viste, se maquilla y calza como una mujer adulta. Una lolita que sigue un fenómeno actual, el de sexualizar a las niñas.

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Harper Seven con su padre, David Beckham, en la reciente semana de la moda de París.
Harper Seven con su padre, David Beckham, en la reciente semana de la moda de París.GTRES

Si fuera por el filósofo italiano Mirko Badiale, Harper Seven llevaría sobre sus sugerentes vestidos lenceros un cartel que advirtiese: "Tratad con cuidado, contiene sueños". La hija menor de Victoria y David Beckham cumplió 13 años en verano. Ya no es el bebé que embelesaba a sus padres con muecas graciosas mientras miraba a la cámara, pero aún es una niña. Acaba de estrenar esos que los psicólogos llaman adolescencia temprana, una etapa en la que la esencia sigue siendo el juego, la espontaneidad, el contacto con personas de su edad y todo aquello que fomente la construcción de sí misma.

Sin embargo, Harper Seven, que ya celebró sus 12 años con una fiesta de temática Prada, bolso de varios miles de euros y un vestido lencero de color lavanda con encaje en el escote, es una pieza más en el imperio de los Beckham y su destino está claramente marcado. La madre ha hecho de ella una mini-me y, para evitar cualquier desvío, se encarga ella misma de confeccionarle la ropa o de vestirla a su imagen y semejanza, con prendas más apropiadas para mujeres adultas que para una adolescente que lo que busca es naturalidad y comodidad.

Harper Seven y su vestido lencero

Su última imagen junto a Victoria en la Semana de la Moda de París no ha pasado desapercibida. La menor de los Beckham ha vuelto a sorprender con un vestido similar, esta vez en tono rosa y con un detalle cut out en medio del pecho, estratégicamente sexy, que culminaba con unos centímetros de tacón y el rostro maquillado. Su apariencia ha sido comentada en toda Europa, tanto en revistas de moda como en las redes: sofisticada, bella, hermosa, favorecedora, femenina y, la guinda del pastel, digna heredera de su madre.

Es un patrón que viene repitiendo en los eventos a los que asiste, que cada vez son más. Es la nueva joya de la familia. Por si no quedase suficientemente claro, sus padres subrayan su orgullo por el cambio radical de imagen de su hija desde hace algo más de un año. ¿Es necesario? ¿Debería exponerse así a una niña? ¿Ha elegido ella ser icono de moda? Sus looks proyectan clichés descaradamente sexuales y responden al imperativo cultural de mostrarse bella de acuerdo con un canon muy estereotipado.

Sobre las lolitas

Los psicólogos y psiquiatras lo denominan la sexualización de la infancia o el fenómeno de las nuevas lolitas, en referencia a la novela Lolita que escribió Vladímir Nabokov en 1955 y Stanley Kubrick llevó al cine en 1991, sobre un profesor trastornado que se encapricha hasta la obsesión de su hijastra. Ante la pregunta ¿qué hacemos con Lolita?, la escritora Laura Freixas responde con claridad: "Cualquier cosa, menos sacralizarla".

La niña en el 50 cumpleaños de su madre, Victoria Beckham, en abril pasado.
La niña en el 50 cumpleaños de su madre, Victoria Beckham, en abril pasado.GTRES

En su libro El efecto Lolita, la profesora estadounidense Meenakshi Gigi Durham critica con dureza las formas en que la sexualidad de las niñas se ve explotada por un mercado que diluye cada vez más esa línea que separa la niñez de su sexualización. "Hay cierta connivencia por parte de los adultos que permiten, o tal vez incluso alientan, a los niños a responder a estas prácticas de márketing de manera tan abierta y acrítica". Insiste en que, a nivel evolutivo, el cerebro infantil no está preparado emocionalmente, no ha adquirido los aprendizajes suficientes para comprender qué está pasando.

La experiencia de Natalie Portman

De esas infancias rotas ha hablado la actriz Natalie Portman en primera persona recordando su sexualización cuando era una estrella infantil y el impacto negativo en el desarrollo de su personalidad. Tenía 12 años cuando empezó su carrera en Hollywood con un papel muy similar al de Lolita de Nabokov. "Creo que haber sido sexualizada cuando era niña me alejó de mi propia sexualidad, porque me dio miedo".

Los peligros

Amàlia Gordóvil, profesora de Psicología y Ciencias de la Educación (UOC), insiste en esa falsa madurez que las niñas no entienden y puede desembocar en inseguridades y en la construcción de jóvenes frágiles obligadas a librar una batalla con su cuerpo en busca de un ideal inexistente. "La vida centrada en la mirada del otro resta autonomía personal y quema etapas vitales para niños y niñas", recuerda.

Harper Seven y David Beckham en París en marzo pasado.
Harper Seven y David Beckham en París en marzo pasado.GTRES

También la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad del Parlamento Europeo alerta del riesgo de convertir el atractivo sexual en parte fundamental del nuevo modelo que se exige a las adolescentes con imágenes que eclipsan otros tipos de representación femenina. No habla de sexualización como sinónimo de sexualidad, sino por la exposición de la imagen como reclamo y la percepción del éxito femenino vinculado a su atractivo. "Degradar el valor de la mujer contribuye al aumento de violencia", concluye.

A la orden del día

No son casos aislados. En un trabajo sobre empoderamiento o empobrecimiento de la infancia a través de las redes sociales, las investigadoras Mónica Díaz Bustamante Ventisca y Carmen Llovet analizaron 19 catálogos disponibles en internet sobre marcas de ropa infantiles y descubrieron que el 49% de las niñas que aparecían mostraban atributos que las sexualizaba a partir de su indumentaria, calzado o peinado.

La Asociación de Psicología Americana (APA) ya publicó un documento en el que denunciaba este fenómeno de las nuevas lolitas y el bombardeo de imágenes de niñas maquilladas y vestidas como adultas impostando poses sugerentes, con la infancia recortada y sin posibilidad de buscar sus propios sueños y desafíos acordes con sus edades. Hay padres que aún no se percatan.