
Sin Perdón
La guerra de Ucrania llega a su fin
«A Zelenski le será difícil, por no decir imposible, sobrevivir políticamente. Me gustaría equivocarme, pero me temo lo peor»
Era una guerra imposible de ganar para las dos partes y, desgraciadamente, Ucrania tenía todas las de perder. Un análisis frío y desapasionado conducía a esta conclusión. Lo mantuve desde el primer momento, aunque me hubiera gustado un resultado distinto. Estaba demasiado cerca, además, la derrota aliada, que todo el mundo ha olvidado, en Afganistán. Las democracias no aguantan guerras largas y los afganos viven sometidos al régimen totalitario de los talibanes. Entre 165.000 y 250.000 personas murieron en el conflicto. Al final, para nada. Tras fracasar en su intento de acabar con Zelenski y lograr un fin rápido de la guerra, Putin ocupó la mayor parte de los territorios que ambicionaba y los incorporó a Rusia. Es cierto que es una decisión que no reconoce una parte de la comunidad internacional, pero al líder ruso no le importa, porque ha conseguido buena parte de sus objetivos. Hace tiempo que el conflicto ha entrado en un punto muerto que podría conducir a su cronificación como sucede con la división de Corea. Otro aspecto reseñable es el desinterés creciente en la opinión pública europea, ya que se ha visto sustituido por otras noticias que despiertan más interés en los periódicos, las radios y las televisiones. No hay que sorprenderse, porque es muy habitual. Por otra parte, el coste económico del conflicto es enorme y hay muchos países y grupos empresariales que están a la espera de participar en el enorme negocio de la reconstrucción cuando llegue la posguerra. Por supuesto, la gran beneficiaria actualmente es la todopoderosa industria armamentística que es uno de los lobbies más influyentes del mundo. Con la llegada de Trump era evidente que el conflicto bélico llegaba a su final. No está dispuesto a utilizar más recursos y Europa no quiere hacerlo. No hay más que ver la posición de Sánchez con el gasto de defensa: ataca a Trump pero quiere que sea pagano en el conflicto. No hay nada como ser progre y antiyanki. Al final, Ucrania no entrará en la OTAN, algo que era evidente, y se quedará sin Crimea, Donbás, Zaporiyia, Jerson y Lugansk. A Zelenski le será difícil, por no decir imposible, sobrevivir políticamente. Me gustaría equivocarme, pero me temo lo peor.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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